MANIFIESTO ORGULLO LGTBIQ+

Cada 28 de junio se conmemora el día del orgullo LGTBIQ+, un día para celebrar todo lo que se ha logrado hasta ahora y también para reivindicar todo el camino que aún queda por delante. Este año se cumplen dos décadas de la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en España, uno de los mayores avances en igualdad de nuestra democracia. Sin embargo, no podemos conformarnos con celebrar estos avances cuando cada día presenciamos agresiones hacia personas del colectivo que quedan impunes.


Los discursos de odio no paran de crecer en las instituciones, sobre todo de la mano de Vox, que recientemente ha votado en contra de crear una ley LGTBIQ+ en Castilla y León (única Comunidad Autónoma que no tiene legislación propia en esta materia), y también ha votado en el Congreso de los Diputados en contra de prohibir las terapias de conversión porque consideran que las personas del colectivo están enfermas y necesitan “curarse”.

Para otras personas que se consideran más progresistas quizá no sea acertado este manifiesto por exceso de siglas. Durante el 41º congreso del PSOE se aprobó una enmienda que pedía excluir las siglas Q+ en los documentos internos del partido, considerando que la palabra queer no debe tener cabida a la hora de hablar del colectivo. Este término engloba a todas aquellas personas que no se identifican con la dicotomía del género hombre-mujer, un paraguas que pretende dar visibilidad a un abanico diverso de personas cuya identidad no binaria merece el mismo respeto que cualquier otra.

Desde Alantre siempre hemos defendido una lucha en materia de igualdad que no permita dejar a nadie atrás, que no se olvide de las personas trans, que no entre en el juego de la extrema derecha a la hora de diferenciar entre el ser y el amar. Porque el orgullo nunca fue una lucha por querer amar a otra persona sin ser juzgada, siempre ha sido una reivindicación por poder ser libres y expresar nuestras identidades sin miedo a ser juzgadas o discriminadas. Nuestra identidad y orientación sexual nos acompañan las veinticuatro horas del día, no son solamente parte de nuestra intimidad.

En provincias como León, Zamora o Salamanca, que sufren una sangría demográfica constante, muchas personas LGTBIQ+ han tenido que emigrar a otros lugares no solo por trabajo, también en busca de espacios seguros amplios en los que sentirse libres y socializar con otras personas del colectivo. Afortunadamente esta tendencia va cambiando a medida que se conquistan derechos y se normaliza algo que nunca debió ser tabú. Por eso creemos que la visibilidad en los entornos rurales y ciudades pequeñas es fundamental para luchar no solo por los derechos del colectivo, sino también contra la despoblación y el abandono.

Se ha avanzado en materia de derechos poniendo sobre la mesa realidades que hasta hace cuatro días eran invisibles para la mayoría de la sociedad, pero esto no es suficiente. Aprobar leyes que garanticen esa igualdad es solo el primer paso, el siguiente es ponerlas en práctica. Abogamos por una educación pública de calidad que se centre en educar desde la perspectiva de la diversidad y la no discriminación desde la infancia. También se deben implementar medidas en todos los ámbitos públicos que garanticen el conocimiento pleno de estos derechos en ámbitos judiciales y policiales, porque no podemos tolerar que a estas alturas se tenga que debatir en un juicio o en una comisaría si asesinar a una persona a grito de “maricón” es un crimen homófobo.

No negamos que se hayan logrado avances dentro y fuera del colectivo en pos de la igualdad, pero la realidad es que se siguen normalizando discursos de odio en las instituciones, aumentan las agresiones, se vierte cada día más desinformación sobre la ciudadanía… Así que no podemos conformarnos con leyes de mínimos, ni normalizar que partidos estatales tengan en su haber discursos de odio. Tampoco vamos a tolerar la equidistancia en defensa del colectivo LGTBIQ+ porque el silencio les hace cómplices de la discriminación.

Queremos una sociedad libre y diversa donde no se deje a nadie atrás, un País Leonés donde cualquiera pueda vivir en paz sin que su orientación sexual o identidad sean juzgadas. Queremos reivindicar la pluma, todas las expresiones de género, romper armarios y barreras. Queremos que el orgullo llegue a todas partes, a cada pueblo y rincón, combatir el miedo y abrazar la libertad.

Nos queremos libres e iguales.

Siguiente
Siguiente

ALANTRE se opone a otro proyecto lesivo para las comarcas de La Carballeda y Senabria