En Alantre queremos reflejar de una forma de hacer política que mira hacia al futuro con optimismo, y que se basa en construir el presente buscando el encuentro y la cooperación entre iguales.

Taraxacum lacianense es la flor simbolizada, que no es otra cosa que un diente de León autóctono de nuestra tierra. Su color amarillo es símbolo de ilusión y cambio. La ilusión que poco a poco se irá esparciendo a lo largo y ancho de nuestra tierra, y quién sabe si más allá. Un aire fresco desde el progreso hacia una sociedad más justa, consciente y respetuosa con su patrimonio natural.

La palabra “Alantre” refleja nuestro deseo de avanzar sin olvidar la riqueza de nuestro patrimonio cultural. Por este motivo, se ha elegido un término de una lengua propia que actualmente se encuentra en serio riesgo de extinción: la lengua Asturleonesa. Pero en el País Llionés conviven varias lenguas, es por ello por lo que, junto a este término, también nos reconocemos en la palabra castellana “Avance” y la gallega “Adiante”.

Tampoco la forma de las letras es casual, siendo la forma de la “A” un recuerdo a los afilados picos de nuestras montañas, que majestuosos delimitan las fronteras de nuestra tierra y que junto con el amarillo se une a nuestros fértiles campos.

En resumen, somos los hijos que se van y los padres que se quedan cuidando a sus mayores. Somos los que aún estamos, los que resistimos, los que no cedemos a este desahucio programado de nuestra tierra. ALANTRE, no es otra cosa que un espacio creado para empoderar nuestra tierra, y hacer posible una transformación social en igualdad, justicia y respeto.